¿Para cuando es el parto?
Te encontrás por la calle con una vieja conocida. Ella está embaraza o con una panza prominente, y sin pensar le comentás: ¡¡Qué linda!! ¿Para cuándo tenés fecha?
¡¡Mucho cuidado!! Detrás de esa pregunta, aparentemente inocente, puede esconderse una gran ofensa.
Tu antigua conocida puede ser una fervorosa defensora del parto natural. Puede estar haciendo lo posible y lo imposible para dar a luz a su bebé en casa, orientada por una doula, gastando en ello mucho dinero y contrariando la opinión de mucha gente que considera todo eso una “locura”.
Y vos, completamente desinformada sobre todo este universo del embarazo, podrías derribar todas las estructuras de tu amiga con estas preguntas sobre cesáreas y esas cosas.
“Pero todo el mundo lo hace”… Si, muchas lo hacen. Y Sudamérica es líder en esta categoría. Países como México, Argentina, Colombia, Paraguay y Brasil tienen porcentaje de cesáreas superiores a 30%. Brasil lidera en toda la región: prácticamente el 80% de las mujeres atendidas en los hospitales públicos y privados de Brasil; o sea, lejos de los 15% recomendados o considerados ideal, por la Organización Mundial de Salud.
¿Será que las latinas están sufriendo alguna mutación de la especie que descarta la habilidad para parir? ¿Y que apagó de nuestra memoria el registro de que somos mamíferas?
Fíjate que en la época de tu abuela tener a los hijos en la casa era normal. Todo aquel ritual entre mujeres, donde eran puestos en práctica los secretos de generaciones de parteras, ocurría allí, en la comodidad del propio cuarto que era preparado para recibir al niño como en un nido.
¡¡¡¡Pero el tiempo fue pasando… nosotros, los humanos, necesitamos todo tan limpito!!!! ¡¡Entonces vamos allá: hospital, luces, camillas, medicamentos, agujas, cirugía, adrenalina!! Alguien nos convenció que parir con bisturíes y anestesia es más seguro.
Además, hacernos fijar una fecha es más cómodo y práctico. Estoy de acuerdo: cuando estaba allí, teniendo las contracciones por segundo día consecutivo, a la espera del parto de mi hijo, pensé justamente en eso. ¿Porqué diablos no lo hice?
Pero… me había informado. Sabía que mi cuerpo era capaz de eso y que a pesar de sufrir el dolor por algunas horas, después del parto estaría fresquita como una hoja para cuidar al bebé. Y fue lo que pasó: sin anestesia, sin hormonas y en un hospital público que atendió mi “parto humanizado”.
¡¡¡Aprender a cambiar pañales y a hacerlo eructar después de amamantar fue bastante más difícil!!!
Mujeres dueñas de su cuerpo, que bien informadas pueden decidir qué hacer con él a la hora del parto, para su propio bien y el de su hijo.
Y mujeres que son protagonistas y no apenas asistentes de este importante momento. Algunas cargan secretos ancestrales de nuestra naturaleza al momento de traer a la luz a una criatura. Mujeres que tienen manos sagradas para ayudar a otras en este momento, como las parteras de los tiempos bíblicos.
Sabé porqué algunas mujeres de aquellos tiempos tienen “manos de oro”, como en la bella historia contada en THE RED TENT (LA CARPA ROJA).