Por qué es importante terminar con las "madres perfectas"
Posiblemente ningún aspecto de la vida de una mujer esté tan fuertemente regulado por la mirada social como la maternidad. Desde que nos enteramos del resultado positivo del test, debemos soportar las opiniones y consejos de parientes, amigos e incluso ¡perfectos desconocidos!. Parece que ningún destino es tan abyecto como el de convertirse en una “mala madre”, aunque “mala madre” sea un concepto indefinible en el que quedamos englobadas todas las que no somos “madres perfectas”. Y que quede claro: una “madre perfecta”, afortunadamente, es tan difícil de encontrar como un unicornio.
La llegada de un hijo cambia drásticamente la vida de su madre. Pero además de tener que aprender a cuidar a una pequeña criatura que depende enteramente de nosotras durante los primeros meses de su vida, las mujeres que elegimos ser madres, tenemos que aprender a convivir con el juicio constante de una sociedad que se cree con derecho a poner en duda cada una de nuestras decisiones: desde cómo vamos a alimentar a nuestros pequeños, hasta cómo organizamos nuestra vida laboral y social. El resultado es francamente agotador.
Por eso es importante recordar que las “madres perfectas” no existen, que existen tantas formas de criar como niños en el mundo y que es preferible ser una “mala madre” (que vuelve al trabajo, que ve a sus amigas, que muchas veces no sabe qué hacer) antes que morir aplastada por este concepto abrumador.
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Fuente: mujeresquenofuerontapa.com
Imagen: Shutterstock