Amor en la oficina ¿Ventajoso o peligroso?
Lo que antes era tabú, hoy es más que posible.
No mucho tiempo atrás, mantener una relación amorosa con alguien del trabajo era una cuestión por lo menos complicada. En la gran mayoría de las empresas estaba totalmente prohibido ponerse en pareja con compañeros de trabajo, llegando incluso a sancionar a quien incurriera en esta falta con el despido.
Se trataba de una situación complicada, porque, más allá de la voluntad de las personas de respetar las reglas, a veces la atracción y el enamoramiento entre personas que comparten el mismo espacio de trabajo es lógico y hasta inevitable. Por eso, aquellos que se arriesgaban a mantener una relación a pesar de las posibles consecuencias, no tenían otro remedio que ocultarla. Con el paso de los años, la política de “no romance” entre compañeros de trabajo fue quedando obsoleta y las empresas comenzaron a cambiar su postura al descubrir que las relaciones entre compañeros eran inevitables, y que estas, en general, no afectaban el rendimiento de sus trabajadores.
La visión de las empresas dio un giro de 180 grados, hasta el punto de que hoy en día promueven los vínculos entre sus empleados con momentos de esparcimiento como los after office, competencias deportivas y celebraciones de cumpleaños.
Antes, las relaciones entre compañeros estaban prohibidas, porque las empresas temían que un conflicto entre la pareja generara un clima enrarecido que repercutiera negativamente en el desempaño laboral no solo de los involucrados, sino de todos aquellos que compartieran el mismo espacio de trabajo. Sin embargo, ahora las empresas han descubierto que cuando la pareja funciona bien, se transmite ese bienestar hacia la empresa e impacta positivamente en el negocio. Si una pareja brilla, es un valor agregado para la empresa y sus servicios.
Por supuesto que los riesgos existen, sobre todo en el caso de que uno le reporte directamente al otro, y pueda darse un conflicto de intereses. Así mismo, también está el riesgo de llevarse el trabajo a casa y que la pareja termine construyendo sus cimientos en los intereses de la empresa, lo cual no es aconsejable. Por eso, ahora que las empresas aceptan de buena gana los romances en el trabajo, es importante que las parejas tengan la madurez necesaria para separar la relación romántica de la relación profesional. Si esto ocurre, compartir los espacios de trabajo puede ser una gran ventaja para la pareja, y puede ser el primer escalón para una relación que vaya mucho más allá de un romance pasajero.
Y tú ¡te enamoraste alguna vez de un compañero de trabajo? ¿fue una buena experiencia?
Fuente: lanacion.com
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