Hay que empezar a hablar de la depresión posparto
La maternidad definitivamente no es ese limbo de felicidad que se muestra en los anuncios publicitarios. Convertirse en madre supone no solo aprender a cuidar a un nuevo ser que llega, sin manual de instrucciones, sino además enfrentar un caudal enorme de emociones que van desde el amor incondicional hasta el encuentro con profundos dolores dormidos, que muchas veces acarreamos desde nuestra propia infancia. Todo esto, en medio de agotadoras jornadas donde la antigua rutina de sueño ¡parece un paraíso perdido!
A pesar de que aún sigue siendo un tema tabú, la depresión posparto afecta a 1 de cada 9 nuevas madres, y si no es tratada a tiempo puede acarrear serias consecuencias en la vida de las mujeres y sus hijos. Es crucial, entonces, empezar a visibilizar la problemática para poder ayudar y acompañar a quienes la están padeciendo. Porque a pesar de que afecta directamente el vínculo con el recién nacido, la depresión en el puerperio no tiene nada que ver con ser una mala madre, ni con no querer a los hijos.
En los últimos años, muchas famosas han relatado sus duras experiencias con la depresión postparto. "Me sentía como un zombie. No podía acceder a mi corazón. No podía acceder a mis emociones. No podía conectarme. Fue terrible" relata la actriz Gwyneth Paltrow, quien pasó unos meses realmente difíciles tras el nacimiento de su segundo hijo.
“Me sentía como si estuviera cubierta de alquitrán y todo requiriese 50 veces más esfuerzo de lo normal. Ojalá hubiera podido llorar, pero no hubo alivio durante ese tiempo; mi versión de la depresión está casi por debajo del llanto, solo hay desánimo” cuenta la cantante Alanis Morissette, quien a pesar de haber lidiado con depresiones en el pasado fue tomada por sorpresa por la enfermedad luego del parto de su hijo.
La llegada de un bebé significa un cambio irreversible en la vida y la subjetividad de una mujer, en ese contexto es completamente normal experimentar emociones tristes o ambivalentes. No obstante, es importante estar atentas a síntomas como la tristeza sostenida o la imposibilidad de conectar con el recién nacido, para poder pedir ayuda. ¡Porque la depresión postparto puede tratarse!
Y tú, ¿conoces alguna madre que haya padecido depresión postparto?