La mujer no se rinde… ¡se cansa!
Si existe una criatura en este mundo que practica el verbo persistir en forma espléndida, este ser es la mujer. Somos decididas y sabemos que cruzar una puerta no nos hace olvidar lo que sucedió adentro. Y tampoco resuelve el problema. La mujer intenta, inventa, recrea, aprende a reconocer las batallas que valen la pena que ser luchadas. La mujer sabe, más que nadie, que la felicidad está hecha de momentos.
Aunque seamos criadas (¡generalmente!) en un mundo color de rosa, la vida nos enseña luego que no todo es perfecto.
¿Pero salir corriendo con la primera espina que nos pincha? ¡No tan rápido! A menudo una hermosa rosa nos hiere, sí, pero aún así es una hermosa rosa que merece nuestra atención. Nosotras, las mujeres, ¡lo sabemos muy bien!
La flexibilidad es un sustantivo femenino. No desistimos de un amor turbulento, del mal empleo, de un noviazgo descuidado, de la desilusión del matrimonio. ¿Debería? No estoy segura de si el instinto es el que no nos permite desistir, pero agradezco saber insistir y, por lo tanto, haber vivido cosas maravillosas en mi vida.
Pero una no es tonta, ¿verdad? Y cuando nos cansamos... ¡nos cansamos!
Aprendan: ¡cuando a una mujer deja de importarle algo es definitivo! El cansancio no tiene cura, no hay vuelta atrás. Cuando llega, ya estamos mirando hacia otro lado. ¡Que lo sepan los novios, amigos y jefes!
Yo, por ejemplo, me acabo de cansar de un novio lleno de “yo, yo y yo”. Una amiga soportó hasta donde pudo al jefe más molesto del universo e, incluso sin un nuevo trabajo en vista, se cansó y renunció. Otra amiga se cansó de corer atrás de un amigo que comenzó una relación y ya no tenia más tiempo para nada ni nadie. Pero nada de esto se acabó con el primer temblor. Yo no desistí cuando él prefería ir a beber con sus amigos un sábado a la noche. Mi amiga no desistió cuando su jefe le asignó demasiadas funciones. Mi otra amiga no desistió cuando su amigo comenzó a salir únicamente en pareja. Existen momentos difíciles, pero cuando no se resuelven nunca, cansan.
Nuestra increíble capacidad para persistir es igual a nuestra capacidad de construir nuevos caminos. Y finalmente dejamos de preocuparnos por lo que no vale la pena y dedicamos nuestra atención a lo que sí importa.
En medio de tanta gente indecisa, confundida, temerosa, se necesita, justamente, valor para continuar. Renunciar es para cobardes. Pero quien tiene sabiduría entiende que lo que te cansa es mejor dejarlo atrás.
Carol Maglio es una
bloguera conocida como Pãozim De Queijo, productora audiovisual, presentadora de TV, modelo plus size y especialista en medios de comunicación social.
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