La venganza y los sexos
Esperar durante una hora a tu cita y que no llegue, descubrir que una compañera de trabajo habla pestes de ti a tus espaldas, que una amiga te devuelva tu vestido favorito con una mancha gigante…. Cuando nos suceden cosas como estas, en nuestro cerebro se activa un interruptor que pone en marcha un complejo mecanismo: el de la venganza.
Si bien no siempre llevamos la venganza a la práctica, sí fantaseamos, planeamos y calculamos elaborados contraataques.
Por el contrario, los hombres suelen resolver los conflictos de otra manera, más sencilla e inmediata. Si reciben un golpe, dan un golpe, y fin de la historia.
¿A qué se debe esta diferencia? Un estudio realizado en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México propone una respuesta.
En el experimento, ante un estímulo negativo, la mayoría de los hombres reaccionaba con agresión física, mientras que las mujeres elegían planear, con calma, una estrategia contra sus agresores.
Los investigadores sugieren que el origen de estos comportamientos se remonta a los inicios de la humanidad. En aquel entonces, el rol de los hombres estaba relacionado con la fuerza física, mientras que el de las mujeres se vinculaba con la capacidad de organización y previsión (cualidades necesarias para planear una buena venganza).
Esta “división de poderes” de los hombres y mujeres del pasado llevó a que la venganza resulte, para nosotras, más natural.
A pesar de esto, las venganzas más grandes de la historia fueron realizadas tanto por mujeres como por hombres. La de los hermanos de Dinah es, definitivamente, una de ellas. Mírala en La Carpa Roja (Red Tent).
Y tú, ¿te consideras una mujer vengativa?