Las consecuencias inesperadas de la promoción de celebridades en salud
¿Es una buena idea embarcarse en una expedición de caza genética para ver si estás en “alto riesgo” de desarrollar una enfermedad en particular?
Esta pregunta fue analizada nuevamente el mes pasado cuando la Preventive Services Task Force de EE.UU. (USPSTF), grupo independiente de científicos que hacen recomendaciones sobre exámenes médicos, emitió una advertencia de que la prueba de BRCA para encontrar mutaciones genéticas asociadas con el cáncer de mama no debe ser buscada por mujeres con bajo riesgo y advierten que ellas tienen pocas probabilidades de beneficiarse de este examen.
El USPSTF estaba, sin duda, respondiendo a los efectos Angelina, en referencia a la célebre actriz Angelina Jolie, que se sometió a pruebas genéticas para mutaciones relacionadas con los genes BRCA1 o BRCA2, creyendo que podría ser más propensa a desarrollar cáncer de mama.
Viniendo de una familia con un historial mortal por cáncer de mama, a Jolie se le dijo que estaba en una categoría de “más alto riesgo” que el promedio y que se beneficiaría de tales exámenes. Más tarde, después de haber oído que tenía malos genes, ella se realizó una doble mastectomía, la extirpación quirúrgica completa de ambos pechos, y escribió sobre ello en el New York Times.
Esto no sólo hizo que la venta de los test genéticos para el cáncer de mama llegaran a la estratosfera, sino que también hizo que legiones de mujeres fueran donde sus médicos diciéndoles, “voy a hacerme lo mismo que ella”. El periódico británico The Mirror informó que las organizaciones benéficas sobre cáncer de mama tuvieron un “aumento de cuatro veces la cantidad de mujeres pidiendo la extirpación de sus senos”.
Expertos de Estados Unidos, tal vez respondiendo a esta locura, han recomendado que las mujeres con antecedentes familiares “que no se asocian con un mayor riesgo de mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2?, decididamente no deben buscar asesoría genética rutinaria o exámenes.
El hecho que las mujeres estén motivadas a preguntar acerca de pruebas genéticas refleja nuestra cultura obsesionada con las celebridades, un fuerte temor al cáncer de mama, y una fuerte actitud de “mejor seguro que arrepentido”, mantra que nos consume a muchos de nosotros.
Es probable que la gran mayoría de esos nuevos clientes que están haciendo cola para la prueba serán clasificados como “sanos preocupados” que tienen poca probabilidad de portar la rara mutación genética y por lo tanto no tendrán beneficios de ser analizados, y para los cuales la eliminación preventiva de su pechos sería una opción extremadamente imprudente.
“El Efecto Katie Couric”
Esta no es la primera vez que las autoridades de salud pública han tomado nota de los consejos de prevención de salud procedentes de celebridades. La gente en el mundo televisivo también habla sobre el “efecto Katie Couric” al referirse al impacto público masivo, en el caso de Couric, al realizarse una colonoscopia en directo en el Today Show.
Esto trajo el tremendo poder del estrellato a la cuestión de la detección del cáncer de colon y demostró, una vez más, que prácticamente nada supera a los apoyos de famosos cuando se trata de hacer llamados sobre asuntos de salud pública.
De hecho, los comunicadores en salud pública estudian la colonoscopia de Couric como un caso clásico de cómo hacer que la gente se levante de su sofá y se dirija a sus médicos para hacer algo que de otro modo encontrarían asqueroso.
Los programas de examen de colon regulares pueden detectar y evitar una lesión de colon potencialmente fatal, y la promoción por parte de Couric probablemente contribuyó a una buena cosa: un aumento sustancial en el número de personas que piden y que se someten a un examen de cáncer de colon.
Sin embargo, el reciente consejo de la USPSTF sobre la detección genética y el cáncer de mama ha dado en el blanco, y los números lo dicen todo. Entre 2 y 3 mujeres entre 1000 tendrán las mismas anomalías genéticas que Angelina Jolie. Para mujeres de “muy alto riesgo” de mutación potencialmente cancerígena en los genes BRCA, como las mujeres judías Ashkenazi, la tasa es de alrededor de 2 de cada 100.
Los expertos dicen que a las mujeres que tienen uno o más miembros de la familia con una mutación conocida y potencialmente dañina en los genes BRCA1 o BRCA2 se les debe ofrecer asesoría y pruebas genéticas. Todos los demás, y que es la mayoría de las mujeres, deben evitar hacerse la prueba.
Es difícil decir si las sobrias recomendaciones dadas en agosto por parte de un panel como el USPSTF pueden competir contra el poder estelar de una celebridad superestrella que, cabe señalar, nunca pidió que otros se hicieran el examen, pero que detalló su propia experiencia y abogó por “decisiones informadas”.
En cualquier caso, no deberíamos estar demasiado deslumbrados por el magnetismo de las celebridades ni deberíamos lanzarnos a hacernos exámenes por la remota posibilidad de descubrir que tenemos un “alto riesgo”.
Fuente: http://cimab.org/ | La gran época.
Fuente de Imagen: Denis Makarenko / Shutterstock.com