No todas las mentiras son iguales
Mentiríamos si dijéramos que la mentira no forma parte de nuestra vida cotidiana. En el trabajo, con nuestra familia, entre nuestros amigos, de alguna manera la mentira siempre encuentra una oportunidad para asomarse. Aunque socialmente esté visto como algo negativo, cabe preguntarnos, ¿siempre es incorrecto mentir?
Los seres humanos tenemos tan incorporado mentir que, en ocasiones, llega como una reacción natural, casi involuntaria, como taparnos los oídos cuando un sonido es muy fuerte o buscar algo de dónde agarrarnos cuando nos estamos por caer. En estas ocasiones, si no hay terceros damnificados, la mentira nos es de gran ayuda para evitarnos situaciones desagradables innecesarias.
No debemos confundir estas mentiras con las mentiras egoístas, las que usamos de manera voluntaria y consciente para nuestro propio beneficio o para evitarnos un mal. Abusar de las mentiras egoístas tiene sus riesgos, por ejemplo, darnos la idea de que mintiendo es posible salir de cualquier situación complicada, convirtiéndonos en verdaderos adictos a la mentira (y a las situaciones complicadas).
Otra forma muy popular es la mentira piadosa, aquella que, con buenas intenciones, le dirigimos a un ser querido para ahorrarle sufrimiento o darle esperanzas en un momento difícil. Si esta mentira no funciona como esperábamos, es importante contar con un plan B, alguna manera de enmendar la situación sin generar más sufrimiento.
Cuando el plan B falla, a veces no encontramos otra salida que seguir sosteniendo la mentira, ¡con más mentiras! Como una bola de nieve, esta mentira crecerá hasta alcanzar dimensiones incontrolables, terminando en una aterradora avalancha. Si detectamos que nos encontramos ante una mentira de esta índole, lo recomendable es detenerla lo antes posible, pues se irá haciendo cada vez más difícil.
Una de las formas de mentira potencialmente más peligrosas y dañinas es la manipulación. No se trata de una sola mentira sino de un sistema entero, una red de mentiras, omisiones y ocultamientos. Presentando una versión de la realidad en mayor o menor medida modificada, se utiliza con el fin de controlar a otra persona, influir en sus decisiones y acciones.
Y estas son solo algunas: hay tantas formas de mentira como mentirosos existen. Entonces, ¿cuándo es correcto mentir? La verdad es que no lo sabemos, habrá que inspeccionar cada caso singular, adelantarse a sus posibles consecuencias sobre nosotros y los que nos rodean, y tomar una decisión sensata y, en la medida de lo posible, honesta.
¿Cuál fue la mentira más grande que dijiste?