Una mujer intenta eliminar el estigma de las adolescentes embarazadas
Si nos fijamos en las estadísticas, las perspectivas de carrera para las madres adolescentes no son buenas.
Sólo el 40 por ciento de las madres adolescentes terminan la escuela secundaria y menos del 2 por ciento terminan la universidad a la edad de 30 años. Además de eso, se consideran una carga tributaria, costando a los contribuyentes $ 9.4 mil millones en 2010 en costos de cuidado de salud en Estados Unidos.
Números como esos parecen sugerir que el estigma alrededor de las madres adolescentes continúa vigente. Pero Natasha Vianna está convencida de que hay otra, mejor manera.
Vianna, una latina de 28 años con una hija de 10 años, fundó un movimiento llamado #NoTeenShame (algo así como "no a la vergüenza adolescente") con otras seis mujeres para tratar el mensaje negativo en torno a las madres adolescentes.
Vianna quedó embarazada a la edad de 17 años. Cuando sus padres se enteraron, la expulsaron de la casa. Dejó la escuela a mediados de su último año para tener a su bebé y pasar seis semanas en licencia de maternidad. Su consejera de orientación universitaria se negó a ayudarla a aplicar para las universidades porque, "iba a ser un milagro si lograba graduarse de la escuela secundaria".
"En realidad, ella sólo estaba bajando mis expectativas", dijo Vianna. "Hubo una parte de mí que fue como, 'Sé que esto está mal.' Pero otra parte de mí pensó, 'Pero tantos adultos me dicen esto - ¿y si están en lo cierto?'"
Vianna y los otros miembros de #NoTeenShame quieren cambiar la forma de comunicar la prevención de los embarazos adolescentes y desarrollar positivamente la juventud en general. Enseña a las adolescentes lo que significa tener autonomía sobre su cuerpo y lo que significa estar en una relación sana y consensual, por ejemplo, les da las herramientas para tomar decisiones positivas de la vida sin crear el espectro humillante de la madre adolescente.
Y ella lo ha visto funcionar. La organización recibió una subvención de 5.5 millones de dólares de los Centros para el Control de Enfermedades para reducir la tasa de embarazo adolescente en dos ciudades - Springfield y Holyoke -, y los índices bajaron un 10% en tres años.
"Somos una sociedad que piensa en embarazo adolescente y automáticamente traducen como 'malo'", dijo Vianna. "Me encantaría si elimináramos ese término y trabajáramos en un desarrollo positivo de la juventud".
Porque no todas las historias de mamás adolescentes tiene un final triste.
"Me encanta ser madre", dijo. "Es una de las cosas de las que estoy más orgullosa, y pensar que hace 10 años me avergonzaba contarle a alguien y ahora es lo primero que quiero hablar, es un cambio para mí".